Que el Sporting sea protagonista en Sálvame es el último triste episodio de la historia reciente del club. El principal responsable es Javier Clemente, por perder las formas en la rueda de prensa y continuar con su cruzada en las distintas emisoras de radio, dando una imagen que no está a la altura de la historia del Real Sporting de Gijón. Y eso que comprendo en el fondo al de Barakaldo, ofendido por quien hace gala de su ignorancia sobre los métodos modernos de entrenamiento y aprovechando que todo vale a la hora de escribir críticas aún carentes de fundamento alguno, como se puede apreciar en la parte de la rueda de prensa que la mayor parte de los medios de comunicación obviaron.
Si alguien es responsable de que la Marca Javier Clemente transmita obsolescencia es precisamente él. La mayoría de quienes le ven así, no han visto un entrenamiento de fútbol profesional en su vida, pero es la imagen que deprende en sus comparecencias con los medios de comunicación. No puede luchar contra la fecha de nacimiento de su DNI, pero sí hacer un esfuerzo con la forma de expresarse y en especial en lo que se refiere a las nuevas tecnologías y redes sociales. Además, deja la sensación de que desde su llegada a Gijón está predispuesto a pelear contra los miembros de la Caverna que más incómodos le resultan al Consejo de Administración ¿órdenes de arriba?
Pero todo ésto no es más que la punta del iceberg, ya que los términos obsoleto y trasnochado al menos a nivel de imagen pública, bien se podrían aplicar a la gestión de la cúpula directiva del club, empezando por su máximo accionista, ese que va a Mareo a comprar lotería. Basta con echar un vistazo a los organigramas de los clubs que aparecen en las webs oficiales para hacerse una idea y poner en tela de juicio de ideoneidad de la estructura y la capacidad de algunos consejeros. Hace unos días tuve la suerte de acudir a unas charlas sobre Fútbol y Comunicación cuyos ponentes pertenecían a un club de la LFP con la quinta parte del presupuesto que maneja el Sporting, pero que en cambio transmiten mucha más modernidad y cercanía a sus clientes, que no son otros que los aficionados del club. Reconocían que una de sus últimas actuaciones había sido idea de un aficionado que era mecánico. Es un club abierto a todos. Mientras tanto, aquí se ha puesto un tabique entre club y aficionados, y la política del club en temas como el de Kappa, Doyen Group o el tono del Presidente en las Juntas de Accionistas, hacen pensar que los seguidores somos para ellos la última mierda que cagó Pilatos. Ven en la figura del abonado al enemigo y no aceptan ningún tipo de crítica, aunque sea constructiva.
Un ejemplo de fallo de comunicación es que mientras el juvenil se jugaba con el Celta el campeonato de su grupo, y mientras los jugadores gallegos ensalzaban en twitter las instalaciones de Mareo, la rueda de prensa de Clemente era trending topic a nivel nacional. Evidentemente era difícil evitar que sus declaraciones corrieran como la espuma por el ciberespacio, pero sí intentar que el alirón del equipo juvenil no pasara desapercibido. ¿Cuántos tweets se han enviado desde la cuenta oficial del club sobre ello?
Los dirigentes deberían centrarse más en proyectar una mejor imagen del club, a través de esos dos activos que suenan tan parecido, Mareo (aunque la propiedad no sea suya) y la Mareona. En definitiva, queremos más documentales como Viaje a El Molinón, y menos apariciones en vídeos de la vergüenza, Sálvames y Ana Rosas Quintanas.
Por cierto, y para terminar, podrían fijarse en varios jugadores de las categorías inferiores, como Alex García y Raul Rodrigo, que son todo un ejemplo a la hora de de participar en las redes sociales y en el terreno de juego, transmitiendo esa imagen y valores que se le presuponen a esta Institución. Ellos sí nos representan. El futuro, ojalá sea suyo.
Por cierto, y para terminar, podrían fijarse en varios jugadores de las categorías inferiores, como Alex García y Raul Rodrigo, que son todo un ejemplo a la hora de de participar en las redes sociales y en el terreno de juego, transmitiendo esa imagen y valores que se le presuponen a esta Institución. Ellos sí nos representan. El futuro, ojalá sea suyo.
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