El presidente Vega Arango aprovechó la presentación oficial como entrenador de Manolo Sánchez Murias, para dar la cara tras el descenso. Entre sus palabras habría muchas cosas que analizar, pero una de las más jugosas (y que de hecho es el titular en la web del club) es que se reducirán los abonos de cara a la próxima temporada.
Proceder de distinta manera seguramente sería inaudito en el fútbol profesional. No creo que nadie se pueda tomar ésto como un gran favor al abonado y más teniendo en cuenta las subidas de las últimas temporadas. La pregunta es ¿cuánto? y sobre todo ¿hasta cuándo?. ¿Bajarlos ahora para subirlos de nuevo en Primera? Salvando las distancias, me recuerda al caso del Atlético de Madrid. ¿Sería posible actuar de la misma manera en el Sporting?:
La política de precios
La política de precios de los abonos para la temporada 2000-2001 debía de ayudar a paliar la previsible disminución de abonados. Aunque la política de precios había cambiado mucho durante los años noventa, al principio de la era Gil, el precio había sido muy alto; el argumento que había detrás del precio era el siguiente: El espectáculo del fútbol es un producto de lujo, por tanto, el que quiera verlo debería pagarlo. Pero si el club bajaba a Segunda, ¿cómo se podría denominar el espectáculo? El argumento que se utilizó para justificar la nueva política de precios fue que como el equipo estaba en segunda, se debía cobrar la mitad del precio del año anterior. Por esta razón el club tomó la decisión de reducir en un 50 % el precio de los abonos. A partir de 84 euros, cualquier seguidor del ATM podía obtener un abono para presenciar toda la temporada que el equipo debía disputar en Segunda División. Eso suponía que en la situación más barata, una entrada a un partido estaba al mismo nivel que una entrada a un cine. En Primera División nunca se había hecho algo parecido, y respecto a Segunda División, el ATM estaba un 20 % más barato.
"Reducir el precio era un paso que teníamos que dar -afirma Emilio Gutiérrez. Entendíamos que la oferta que ofrecíamos a los aficionados era sensiblemente inferior, por lo que no estábamos regalando nada. No es lo mismo que venga a jugar contra el ATM el Barcelona o el Real Madrid, a que venga, con todo el respeto, el Eibar, el Leganés, el Poli Ejido, etc. Si no haces una reducción de precios, el espectador va a sentir que le ofreces un producto devaluado por el mismo precio. Junto con esta medida, el club hizo la promesa de que el año siguiente, si se regresaba a Primera, mantendríamos los precios de los abonos de Segunda, como premio a nuestros seguidores más fieles". Emilio sabía que si los responsables financieros del club aceptaban esta medida, se podría ejecutar perfectamente el club diseñado.
(Texto sacado de IESE Business School-Universidad de Navarra)
¿Se plantearán los dirigentes sportinguistas en premiar la fidelidad de aquellos que se abonen en segunda?
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