lunes, 29 de junio de 2015

Como hemos cambiado

Una manera muy fácil con la que podemos ver de un vistazo lo que le ha pasado a la economía del Sporting, es comparar sus balances en dos fechas. Los balances se presentan comparando la cifra del ejercicio actual con la del anterior y así vemos las variaciones en el último año. Pero también podemos hacerlo en un horizonte mayor. Considero interesante hacer la comparación en los años 2008 y 2014, para de un simple vistazo ver lo que teníamos y debíamos en aquel momento en el que parecía que no había ningún problema, y lo que tenemos y debemos en este instante (2014) en el que vemos peligrar la existencia del Sporting.

Para mayor claridad, agrupo las partidas en las principales masas: por un lado el Activo, es decir, los bienes y derechos de los que el Sporting es titular; y por otro lado el Pasivo, es decir, la financiación, ya sea propia (patrimonio neto) o ajena (Exigible). Tanto el activo como el exigible (deuda) se divide en No Corriente (largo plazo) y Corriente (Corto Plazo).



Como sabéis el Sporting ha obtenido durante el periodo (2008-14) cuantiosos beneficios. Sin embargo, la situación económica ha empeorado considerablemente ¿Cómo se explica esto?

A menudo simplificamos demasiado el análisis al fijarnos únicamente en la cuantía global de deuda, representada en el cuadro por el exigible. La variación que ha tenido durante el periodo no ha sido muy significativa. En contra de la creencia popular, la deuda total se ha reducido en casi un millón, de los 31,31 (Exigible no corriente + Exigible corriente) de 2008 a los 30,51 de 2014. Lo que sí cambia radicalmente es su composición; mientras la deuda no corriente ha disminuido en 11 millones, la corriente ha aumentado en más de 10. Es decir, no se ha creado nueva deuda, pero se ha acercado el vencimiento. Se puede decir que ha pasado de estar ordenada y controlada a ser acuciante. El pufu se te ha echado encima y ahora no puedes pagarlo.


Pero no se acaba el análisis mirando la deuda. También hay que ver lo que se tenía entonces y lo que se tiene ahora. Para ello nos vamos al lado izquierdo del balance: el activo. Como se ver en el cuadro, éste aumentó en más de 13 millones durante el periodo. Casi toda la variación es debida al incremento del Activo no Corriente.

¿Y qué es el  activo no corriente? Pues son aquellas inversiones poco líquidas. En esos 11,52 millones se recogen principalmente las obras en El Molinón y Mareo (la parte aún no amortizada), las marcas y la opción de recompra de Mareo. El hecho de que se calificaran como inversión tiene una consecuencia: no se han tenido en cuenta a la hora de calcular los beneficios del periodo Si se hubieran calificado como un gasto, los beneficios acumulados de este periodo en lugar de ascender a 14 se habrían quedado en 3.

Menos significativo es el incremento del Activo Corriente, por poco menos de 2 millones. Esto se debe a que aumentó el saldo de los derechos de cobro a corto plazo.

Nos queda una última partida, que es la del Patrimonio Neto. Estos son los recursos propios, el valor contable del Sporting que sigue siendo negativo, pero ya no tanto. Esos 14,17 millones (de -27 a -13) son los beneficios netos acumulados durante los últimos 6 años. A dicha cifra podríamos llegar sumando las variaciones de las otras grandes masas del balance.

Como resumen podríamos decir que de los 14 millones de beneficios obtenidos durante el periodo, 13 se destinaron a incrementar el activo y tan solo 1 a reducir deuda. A pesar de estas ganancias, la situación empeoró considerablemente porque se ha ido acercando el vencimiento de las deudas sin que se hayan pagado o refinanciado.









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