miércoles, 29 de octubre de 2014

La paradoja de los beneficios y deuda del Sporting

El Sporting presentará en los próximos días las cuentas correspondientes al ejercicio 2013-2014. Si todo marcha según lo esperado se presentará superávit por octava temporada consecutiva mientras que la deuda rondará los 32 millones de euros.

Mientras que llegan lo datos de la última temporada, vamos a hacer un repaso a las principales cifras de esos siete años anteriores y a buscar una explicación a la actual crisis económica




Nota: La deuda total está referida a la fecha de fin de temporada (30 de junio de cada año), mientras que el beneficio se refiera a toda la temporada que acaba en tal fecha. Es decir, en la primera fila tenemos la deuda a 30 de junio de 2007 y el beneficio correspondiente a la temporada 2006/2007.

Si analizamos los datos del periodo en su conjunto obtenermos las siguientes cifras:





Mientras en las siete temporadas anteriores el Sporting ha obtenido unos beneficios de 15,45 millones de euros, la deuda ha disminuido solamente en 3,82 millones. Muchos aficionados no consiguen explicarse cómo ha sido esto posible.

No es el objetivo de este post explicar ese desfase al céntimo, sino que lo voy a hacer de una forma intuitiva y aproximada. Voy a prescindir del Activo Corriente, que puede variar de un ejercicio a otro por múltiples factores, y me voy a detener en el Activo No Corriente.

Y es que la gran diferencia entre el balance del 2007 y el del 2013 la podemos encontrar en este Activo No Corriente y en particular en cuatro partidas, la mayoría intangibles (excepto una de ellas), pero que explican casi en su totalidad las diferencias entre el inicio y el final del periodo:





Estas cuatros partidas tenían un saldo prácticamente nulo en 2007, mientras que a 30 de junio de 2013 suman un total de 12,22 millones de euros. Sobre ellas es necesario hacer dos consideraciones:

1) No se han tenido en cuenta a la hora de calcular los beneficios

Que figuren en el Activo del Balance quiere decir, simplificando, que no han pasado por la cuenta de resultados, es decir, no han computado a la hora de calcular los beneficios, lo cual no quiere decir que o deban pagarse. Si dichas partidas contablemente se hubieran considerado gasto en lugar de activo (inversión), implicaría que los beneficios durante este periodo hubiesen sido prácticamente nulos.  Vamos a detenernos ahora en cada una de esas partidas:

a) Patentes y marcas- En pasadas temporadas el Sporting recompró sus marcas al Ayuntamiento. Este activo no es contablemente amortizable, lo que significa que permanecerá en el activo sin afectar a los resultados.

b) Derechos de adquisición de jugadores- Durante este periodo se adquirieron jugadores por los que hubo que pagar dinero en concepto de traspaso. El total de esta inversión ascendió a aproximadamente a 4,5 millones. Estas inversiones, al contrario que las marcas, sí se amortizan. Esto quiere decir que en función de los años que dure el contrato del jugador, la inversión se va trasladando al resultado del ejercicio. A 30 de junio de 2013 aún restaban 1,27 millones de euros por amortizar.

c) Derechos sobre instalaciones cedidas- Se refiere a las obras realizadas en El Molinón y Mareo, que ascendieron durante este periodo a 6,5 millones. Estas inversiones se amortizan en función de la duración de los contratos de arrendamiento de las instalaciones. Ello provoca que de los 6,5 solo se hallan computado 0,5 en los resultados de los últimos ejercicios, restando aún 5,99 que como se puede apreciar se amortizan muy lentamente.

d) Opción de recompra de inmovilizado: El Sporting recompró a la empresa GESAI la opción de recompra de las instalaciones de Mareo por 1,66 millones de euros. Al igual que sucede con las marcas, tampoco son amortizables, por lo que en principio no se pasarán a resultados hasta que dicha opción se ejecute o quede sin efecto.


2) Se contabilizan en el activo con independencia del momento de su pago

Que figuren en el activo por un importe determinado no significa que dicha cantidad haya sido ya abonada. La parte no pagada aparecerá en el pasivo exigible del balance, es decir, será una deuda.

Por ejemplo: Si las marcas se adquierieron en 3,3 millones y de momento sólo se ha pagado un millón, ello implicará que en el activo aparecerán por su valor de adquisición (3,3 millones) y en el pasivo exigible por la parte pendiente de pago (2 millones).


Realizadas estas consideraciones el siguiente paso es analizar si el valor por el que se contabilizan estos activos es representativo. Aunque se hayan respetado los principios y normas de contabilidad, tengo serias dudas de que estos activos estén aportando valor a la entidad, o al menos de que lo estén aportando en la cuantía reflejada en el balance. Un caso singular es el de las marcas, que figuran en el balance porque fueron adquiridas onerosamanete, y para ello fueron previamente vendidas. Por ejemplo, las marcas del Real Madrid y el F.C Barcelona, dos de las más poderosas a nivel mundial, no figuran en sus balances. ¿Tiene sentido que la del Sporting tenga un valor de 3,3 y la del Madrid sea 0? Contablemente sí, pero difiere mucho de la realidad.

Por último, decir que aunque la deuda se haya mantenido prácticamente constante durante estos siete años y el patrimonio haya (al menos teóricamente) aumentado, la situación económica es más inestable debido a que se ha acercado el vencimiento de las deudas sin que el montante total se haya reducido. A ello hay que añadir que los ingresos anuales se han reducido considerablemente como consecuencia del descenso de categoría, otra muestra más de la irrealidad de ciertas valoraciones en el activo intangible.




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