lunes, 18 de julio de 2011

U.C Ceares. Keepin `the faith since 1946

FotoEl pasado viernes el primer equipo gijonés daba un inesperado giro hacia la modernidad al presentar sus nuevas equipaciones que por lo visto no ha calado entre la afiición ¿rojiblanca?. Mientras tanto, el segundo equipo de la ciudad, representante de la parroquia de Ceares y militante en Tercera División sigue el camino opuesto y trata de recuperar los valores del fútbol tradicional. Además los nuevos dirigentes quieren que se convierta en una plataforma para los jóvenes valores gijoneses. En su página web podemos encontrar más información sobre esta ilusionante iniciativa. También se pueden seguir las novedades por medio de las redes sociales, a través de sus cuentas en twitter y facebook, algo de lo que actualmente carece el principal club de la ciudad, cuyos dirigentes parecen más preocupados de vestir a la última moda.


Un grupo de amigos asume la dirección del Ceares con el objetivo de «hacer disfrutar a la afición»

18.07.11 - 02:37 -

Llegan con las ideas muy claras y muchas ganas de sacar adelante su proyecto. La nueva directiva del Ceares quiere dar un giro al equipo. Recuperar la cultura de grada, imprimir un marcado carácter social al equipo, conectar al Ceares con el barrio gijonés del mismo nombre y sacar adelante al club, que un año más militará en la Tercera División asturiana, son las metas que se marca la directiva que encabeza el presidente, Alberto Álvarez García. Al finalizar la pasada temporada, se hacían cargo del equipo y se ponían manos a la obra.
Nunca habían tenido experiencia en la dirección de un equipo y lo que les une es su amistad y pasión por el fútbol. Gerardo Rodríguez Álvarez (vicepresidente), Miguel Lozano Blázquez (secretario), Mario Menéndez (tesorero) y el resto de la directiva -Daniel de Miguel Sánchez, Fernando Álvarez Morán, Juan Luis Villazón, Juan Manuel Villazón, Roberto Colunga, Eduardo Montes, Rubén Argüelles, Miguel Ángel Sarmiento y Simón Alonso Blanco- se unen a Alberto Álvarez en esta aventura guiada por una máxima: «Ir contra la idea del fútbol como negocio y apostar porque el aficionado disfrute en la grada». El eslogan que utilizan en el cartel diseñado para la captación de socios -'Los últimos en dinero, los primeros en corazón'- ya da una idea de sus intenciones.
Su propuesta enlaza con un movimiento internacional «en contra del fútbol moderno» que en España no ha tenido aún demasiado eco y que iría en la línea de la actitud del Sankt Pauli alemán y el F. C. United -el equipo formado por unos 3.000 antiguos hinchas del Manchester United que abandonaron el club de sus amores tras ser adquirido por el magnate estadounidense Malcolm Glaze-.
De hecho, sus ideas para gestionar el Ceares hunden sus raíces en el fútbol inglés y de ahí han extraído otro de sus lemas, 'Keeping the faith since 1946' (manteniendo la fe desde 1946). Incluso las camisetas que lucirá el Ceares esta campaña serán de inspiración británica.
Con la permanencia como objetivo deportivo, quieren que el Ceares se convierta en una plataforma para los jóvenes valores gijoneses. Aunque, para compensar la juventud de buena parte de la plantilla, han regresado al equipo dos 'pesos pesados' de la Tercera asturiana: los veteranos Mario de la Roca y Luengo, los dos jugadores de mayor edad de la categoría.
Captación de abonados
También se han aplicado en la captación de abonados y en rejuvenecer la masa social. Cogieron el equipo con 175 socios y quieren llegar a los 300. «Vamos a tener la hinchada más joven de la Tercera», destacan ilusionados. De momento, no les va nada mal. Desde que comenzó la campaña muchos son quienes se han sumado a su iniciativa. Además, avanzan que incluso crearán una peña, L'Abrevaderu.
Y tienen en proyecto la organización de unas jornadas de fútbol popular en las que participen otros equipos, escritores y se celebren conferencias. De momento, ya se sabe que la música que sonará en las gradas a través de la megafonía sera de Slade.
Con uno de los presupuestos más bajos de la categoría -60.000 euros- el nuevo Ceares echa a andar con Florentino Angulo al frente del banquillo.

Savia nueva para el Unión Club

Una pandilla de amigos y vecinos de Ceares se hace con las riendas del equipo del barrio para recuperar la pasión por el fútbol que siempre le caracterizó

Pablo TUÑÓN

«Los últimos en dinero, los primeros en corazón». Una única frase para resumir el espíritu de un proyecto que intenta que el corazón futbolero de Ceares vuelva a latir con pasión. Una pandilla de amigos, muchos de ellos del barrio, se ha unido para formar la nueva directiva del Unión Club Ceares con el propósito de que el vecindario y alrededores vuelvan a sentirse identificados con una entidad que ha perdido calado social.

Roberto Colunga, quien fuera diputado en la Junta del Principado por el Bloque por Asturies (BA), tiene buena parte de la culpa de que todos ellos se hayan enfrascado en este viaje. «El club se estaba quedando prácticamente sin directiva y tenía posibilidades de desaparecer. No se presentaba nadie a presidente y decidimos hacernos con las riendas», explica Colunga, quien en seguida encontró apoyo de dos viejos amigos: Miguel Ángel Lozano y Alberto Álvarez.

«Nos conocemos de los bares. La conexión con el Ceares es que Roberto, que lleva un bar en Cimavilla en el que paramos todos, jugó en el equipo», cuenta Lozano, que añade que «hablamos del proyecto Róber, Alberto y yo medio en broma y luego nos fuimos convenciendo». Aunque, eso sí, a alguno le costó animarse. «Tuvieron que estar encima de mí dos o tres meses. Porque ponerse a dar el callo es diferente a decirlo», asegura Álvarez.

Precisamente sobre Alberto Álvarez cayó la losa de la presidencia del club, dado que Colunga no quería el cargo al ser candidato por BA a la Alcaldía de Gijón. Sin embargo, en la nueva directiva cearista de poco valen los cargos. «Hacemos todos de todo, desde pegar carteles hasta limpiar matojos o pintar el campo, desde el presidente hasta el último directivo», afirma Lozano, que ocupa la secretaría del club.

Ellos tres fueron reclutando a amigos y vecinos para formar la directiva. El proyecto tomó cuerpo y llegó justo a tiempo para salvar al barrio de la pérdida de su identidad futbolera. Se presentaron en la asamblea del club enfrentándose a otra propuesta, que pretendía la fusión del Ceares con el Llano 2000. «Ese proyecto era perjudicial para nosotros porque significaba desaparecer nuestro nombre y nuestro campo. Era el paso previo a la disolución», señala Lozano. Cargados de pasión y de nostalgia por los tiempos pasados del Ceares salieron elegidos de la asamblea.

De esta manera, han comenzado una nueva etapa para la entidad y pretenden que el barrio y sus alrededores recobren el pulso futbolero. «Queremos calar en la sociedad. Que la gente venga y disfrute de lo que es el Ceares y de los 90 minutos de partido e, incluso, una hora antes y una hora después», proclama Roberto Colunga. Él mismo sabe de su etapa como jugador lo que antaño significaba el fútbol en Ceares. Algo que también recuerda Miguel Ángel Lozano, ya que empezó a ver los partidos en el campo de La Cruz cuando su padre le llevaba siendo todavía un niño.

«Me acuerdo de que venían al campo 300 o 400 personas cualquier domingo por la mañana. El año pasado, exceptuando los partidos importantes, de las 100 personas se pasaba pocas veces», asegura Lozano. Ahora, pretenden recuperar el tirón del Ceares. «Vamos a pegar carteles por todos los bares del barrio y a hacer un buzoneo por la Tejerona y por toda la zona con unos panfletos que reivindiquen el espíritu de barrio y que la gente del entorno se identifique con el club para que no se muera», cuenta Lozano. Para ello, harán descuentos a jóvenes, jubilados y parados en la tarifa de socios.

Junto a ellos, otros nueve voluntarios se han apuntado a la empresa: Daniel de Miguel, Simón Alonso, Eduardo Montes, Rubén Argüelles, Miguel Ángel Sarmiento, Mario Menéndez, Fernando Álvarez, Inés Quintanilla y José Roces. Precisamente este último es el único que permanece de la anterior directiva y ya ha notado el cambio. «Éstos por lo menos pasan por el campo», señala Roces.

Ciertamente, su presencia en las instalaciones se ha dejado notar puesto que han comenzado con tareas de adecentamiento, invirtiendo su propio dinero y sudor. Cuidan el césped, están reformando los vestuarios y retirando escombros y matojos. «Esto estaba igual que un solar abandonado», afirma Lozano. Todo ello, como pasos previos al comienzo de la temporada de Tercera División, para la cual cuentan con un sinfín de proyectos e ideas, aunque son conscientes de las limitaciones deportivas del conjunto. «Simplemente queremos disfrutar de la Tercera», proclama Colunga.

Para ello, pretenden organizar pinchoteos de confraternización con las aficiones rivales y que el campo de La Cruz se convierta en una fiesta los fines de semana que haya partido. Son conscientes de que, en cierto modo, darán la nota. «Alguna de las directivas rivales pensarán: " Estos chavales con estos pelos, estas patillas y estas greñas adónde van"», dice Alberto Álvarez. Pero también son conscientes de lo que significó el fútbol para Ceares y sus alrededores. Y por ello pretenden recuperar ese sentimiento. Con poco dinero, pero con todo el corazón del mundo.

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