miércoles, 15 de septiembre de 2010

Otro yogurín que cuaja

Precisamente el protagonista de la anterior entrada, el juvenil que juega en segunda B Juan Mera, es protagonista hoy en La Nueva España

Vestido de calle no se distingue de un adolescente cualquiera. Camiseta negra de una firma a la moda y pantalón corto vaquero. Llega a la entrevista arropado por su padre, Antonio, y le cuesta arrancar. Es la primera vez que se enfrenta a un periodista. No será la última. Juan Mera González (Gijón, 22-11-93) es la sensación del renovado Sporting B que dirige con pulso firme Javi Vidales. Con sólo 16 años, es el futbolista más joven del equipo, ha sido titular en los tres partidos disputados y se estrenó como goleador en la categoría de bronce ante el Palencia. Es otro yogurín que va cuajando.

«Una semana antes de empezar, me llamo Marco -coordinador del fútbol base- y me dijo que iba a hacer la pretemporada con el primer equipo». Quizá él no lo sepa, pero Javi Vidales llevaba todo el verano insistiendo a la secretaría técnica para que le dejara contar con este chaval que ya se había entrenado en dos ocasiones a sus órdenes en la campaña anterior pese a militar en el juvenil B de Liga Nacional. La apuesta del técnico iba en serio. Tanto, que Juan Mera ha desplazado al banquillo a Mendy, el fichaje de más relumbrón del filial.

«Mendy es muy bueno, así que tengo que trabajar mucho para jugar cada partido. Él se está adaptando y tiene algunas dificultades con el idioma, pero tiene mucha calidad». Juan Mera se va soltando. La afición al fútbol le viene de estirpe. Su abuelo materno, Constantino González, Pendás, fue centrocampista del Langreo y un entrenador muy conocido en Asturias. Su padre, Toni, se formó en Mareo y fue interior derecho del Marino de Luanco. Aunque es zurdo, Mera es hoy el interior derecho del Sporting B. No se trata de imitar a su padre. «Antes jugaba de delantero. Fue Tomás Hervás -segundo de Vidales- quien me puso en la derecha cuando me entrenó en el cadete A y ahí me quedé». Y que no se mueva de ahí. Aunque lo ve muy lejos todavía, Mesa es consciente de que en el primer equipo del Sporting no hay ni un sólo interior derecho específico. «Ya, ya lo sé», comenta cuando se le plantea, pero en seguida lo descarta porque «veo muy difícil jugar en Primera».

Sus primeras patadas al balón las dio en el Roquetas de Mar, donde residió por motivos laborales de su madre. Tras su regreso a Gijón jugó en el Antonio Machado y fue fichado por el Roces para el equipo alevín. En 2004 llegó a Mareo y entonces todo se aceleró. Tanto que ya fue internacional sub-16 y sub-17. Fuera del fútbol estudia segundo de bachillerato en el San Eutiquio.

La desgracia quiso que no le faltaran destinatarios a los que dedicar su primer gol: «A mí tía, que murió en abril mientras me veía jugar con la selección asturiana. Y a mi abuelo que murió hace siete años en El Molinón, cuando íbamos juntos a un partido».

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